Arturo Borja
MEMENTO MUSICAL
Sollozaba Chopín en el piano ...
Tu mano
acariciaba melodiosamente
el teclado ...
Tu frente
bajo del áurea lluvia de tus cabellos daba
sensaciones de paz y eucaristía ...
Por el ambiente anémico flotaba
un aroma nostálgico de luna que oprimía....
Tu mano
acariciaba melodiosamente
el teclado ...
Tu frente
bajo del áurea lluvia de tus cabellos daba
sensaciones de paz y eucaristía ...
Por el ambiente anémico flotaba
un aroma nostálgico de luna que oprimía....
MELANCOLÍA, MADRE MÍA
Melancolía, madre mía,
en tu regazo he de dormir,
y he de cantar, melancolía,
el dulce orgullo de sufrir.
en tu regazo he de dormir,
y he de cantar, melancolía,
el dulce orgullo de sufrir.
Yo soy el rey abandonado
de una Thulé dorada donde nunca viví
y al verme pobre y desterrado
vuelvo los ojos hacia ti.
de una Thulé dorada donde nunca viví
y al verme pobre y desterrado
vuelvo los ojos hacia ti.
Melancolía, tú eres buena,
tú aliviarás este dolor;
para esta pena,
serán tus lágrimas de amor.
tú aliviarás este dolor;
para esta pena,
serán tus lágrimas de amor.
¿Qué me ha quedado de aquella hora
primaveral?
La melodía pasó. Ahora
sólo hay un eco funeral.
primaveral?
La melodía pasó. Ahora
sólo hay un eco funeral.
¿Y la mujer a quien quisimos?
¡Ay! se fue ya.
¿Y la mujer que en sueños vimos?
Nunca vendrá.
¡Ay! se fue ya.
¿Y la mujer que en sueños vimos?
Nunca vendrá.
Y así, la vida:
las estrellas mintiendo amores con su luz,
cuando muy bien pudiera que ellas
sean los clavos de una cruz.
las estrellas mintiendo amores con su luz,
cuando muy bien pudiera que ellas
sean los clavos de una cruz.
Melancolía, madre mía,
en tu regazo he de dormir,
y he de cantar, melancolía,
el dulce orgullo de sufrir.
en tu regazo he de dormir,
y he de cantar, melancolía,
el dulce orgullo de sufrir.
ERNESTO NOBOA Y CAAMAÑO LAS DANAIDES Hubo aroma de carnes femeniles, ayes e imprecaciones de tormento, y un bostezo de luz del firmamento iluminó un milagro de perfiles. Golpeó con ruido isócrono el acero de una prora en la riba inconocida, y escuchó la legión estremecida el trágico ladrar de Cancerbero. Con atributos de Censor supremo, desde la cima de un abrupto monte, dictaminó el castigo Triptolemo; mientras sobre el fangal del Aqueronte, en un esfume gris, al son del remo, se alejaba la barca de Caronte. EMOCION VESPERAL A MANUEL ARTETA, COMO A UN HERMANO Hay tardes en las que uno desearía embarcarse y partir sin rumbo cierto, y, silenciosamente, de algún puerto, irse alejando mientras muere el día; Emprender una larga travesía y perderse después en un desierto y misterioso mar, no descubierto por ningún navegante todavía. Aunque uno sepa que hasta los remotos confines de los piélagos ignotos le seguirá el cortejo de sus penas, Y que, al desvanecerse el espejismo, desde las glaucas ondas del abismo le tentarán las últimas sirenas. |
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